martes, 7 de marzo de 2017

Las informaciones al servicio de los intereses

Ha saltado la liebre. La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ha denunciado este lunes un acoso por parte del grupo político Podemos a diferentes profesionales de los medios de comunicación.

En el comunicado la APM considera “incompatible con el sistema democrático que un partido, sea el que sea, trate de orientar y controlar el trabajo de los periodistas y limitar su independencia”. En el mismo texto, se hace referencia a un grupo de informadores que son quienes han denunciado esta situación, aportado unas pruebas documentales de las cuales no se da ningún tipo de dato más, pero que sí se pone en duda la imagen del partido morado.

Llegados a este punto, a mí me surge una pregunta. En un marco donde el periodismo de verdad, el sincero, el veraz, tiene la obligación de aportar datos, de ofrecer un contexto a cada noticia o suceso, tal y como Lafuente expone en su texto, ¿dónde está todo eso en el comunicado de la APM? ¿Por qué debería de creer a esos “informadores” -que cita el texto- y suponer que realmente hay “pruebas documentales” que demuestran el supuesto acoso del grupo liderado por Pablo Iglesias hacia diferentes periodistas?

El propio comunicado de la asociación intenta velar por la veracidad de las informaciones, es contrario a esa actividad que le atribuyen a varios dirigentes del partido morado, lucha por que las fuerzas políticas y económicas no influyan en las informaciones y en los medios, sin embargo, ¿no podría ser esto lo contrario? ¿Podríamos estar ante un caso de influencia de opiniones sobre un partido por parte de una institución?

En los cuatro años que llevo de carrera me han demostrado cómo la misma noticia en portada, en diferentes medios de comunicación, cuenta hechos contrarios. Los diferentes puntos de vistas creados por los poderes políticos y económicos –que controlan cada medio informativo de gran dimensión- lo único que hacen es mostrar el lado de los hechos que más les favorece, y eso es una realidad.

Por otra parte, se trata una realidad que ha mermado la veracidad de los medios, y esto que supuestamente la APM debería regular, ahora ella misma lo está haciendo y se ve afectada. Ahora soy yo quién no me creo que parlamentarios de Podemos “acosen” a la prensa y que las obliguen a los periodistas a decir lo que ellos quieren. Soy yo quién pongo en duda la existencia de esas “pruebas documentales”. ¿Dónde está el contexto? ¿Los antecedentes? ¿Dónde está la dignidad de esta profesión?
Desapareció.


Reflexión basada en el texto de Gumersindo Lafuente (eldiario.es): http://www.eldiario.es/zonacritica/acosa-periodismo_6_619498087.html

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